El alternador, que opera gracias al movimiento rotativo de un motor, no solo contribuye al arranque del vehículo, sino que también suministra la electricidad requerida para diferentes sistemas de asistencia en la conducción. Estos elementos del automóvil dependen directamente del flujo eléctrico generado para funcionar de manera adecuada. Es decir, produce la electricidad que permite que funcionen las luces, el sistema de audio, el aire acondicionado y otros sistemas eléctricos esenciales.